MAÑANA VOLVEMOS 12M.

Para los que creían que habíamos desaparecido o desanimado, ahora más que nunca estamos vivos, estamos despiertos, hace un año alguien podría creer que un vocal del poder judicial hoy estaría denunciando al presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial de un delito de malversación, cuando en este país desde siempre se ha mirado para otro lado al enterarse de casos como este:

Notica, Cadena Ser:

José Manuel Gómez Benítez ha ampliado la denuncia que ha formulado contra el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, por un presunto delito de malversación. Gómez Benítez ha remitido los gastos de otros catorce viajes de Dívar a Marbella que, sumados a los seis primeros, suman un desembolso de casi 13.000 euros.

Esto nos demuestra que los españoles al fin estamos despiertos y nos hemos dado cuenta de que la única forma de luchar contra la corrupción es tomar partido y no mirar para otro lado cuando a nuestro alrededor alguien por el simple hecho de estar en el sitio adecuado, toma lo que es de todos como si fuera de su propiedad, al igual pasa con los políticos se creen que por el mero hecho de haber conseguido salir elegido, ya se convierten en dictadores y se creen que no tienen que dar explicaciones al resto de los mortales, cuando su labor es la de gestionar democráticamente lo que es de todos y en beneficio de todos y no de unos pocos o de su bolsillo.

Lo dicho, mañana más que nunca seguiremos despertando conciencias, mal que les pese a estos pequeños dictadores que les han elegido un puñado de españoles adormilados, esperemos que se den cuenta de que los destrozos que se están haciendo al estado del bienestar no son ninguna pesadilla, sino algo real al cual debemos luchar con todos nuestras fuerzas, para que el dinero de nuestros impuestos se invierta en la sociedad y no en los delincuentes que desde hace años dirigían bancos para engañar a nuestros conciudadanos con las estafas de las preferentes y los swaps. Precisamente estas personas engañadas suelen identificarse con la sociedad más conservadora y estos desgraciadamente no se están despertando por nuestros gritos, sino por darse cuenta de las estafas que sus apreciados directores de sucursal amparándose en la confianza y la buena fe de nuestros mayores les engañaban impunemente, eso sí a la hora de despedirse del puesto se llevan una cantidad de millones de indemnización indigna.