miércoles, 25 de febrero de 2009

Los grupos de jóvenes pacifistas israelíes y palestinos son un ejemplo de NO-VIOLENCIA

Berlín, Alemania ¡Derrumbemos los
Muros donde estemos!
Recientemente, dos grupos de jóvenes israelíes y palestinos han sido galardonados en Berlín con la Medalla Carl von Ossietzky. La Liga Internacional de los Derechos Humanos otorga este premio anual para destacar la labor de una persona o un grupo llamando la atención sobre un tema o un problema social sobre violación de
derechos humanos. Este año ha sido entregado a dos grupos de jóvenes del Medio Oriente, que se juntan cada viernes desde hace más de 4 años para hacer una marcha de protesta contra el muro levantado en la Franja de Gaza, en el pueblo de Bilaín.
Un grupo de mujeres jóvenes del pueblo de Bilaín se organizó para subsistir y cuidar de sus hijos, formando una cooperativa que trabaja la artesanía tradicional palestina. Cuando hace cinco años comenzó a construirse el muro y dividió el pueblo en dos, estas mujeres, con sus hijos ya grandes, se levantaron en protesta. Desde entonces, Bilaín se tornó en un lugar emblemático contra la construcción del muro, que tiene una extensión de 600 kilómetros y divide 183 pueblos.
En esa frontera de cemento y alambre de púa, todos los viernes se reúnen en protesta no-violenta los jóvenes palestinos del Comité popular y jóvenes israelíes que empezaron a llegar regularmente desde todos los puntos del país. Se ponen de acuerdo para llevar pancartas con lemas, cantar himnos, atarse con cadenas a los troncos
y otras muchas formas creativas y cooperativas de manifestación y protesta. Incluso organizaron el año pasado un congreso internacional en Bilaín.
Se enfrentan cada viernes con los militares israelíes, con los que adoptan una postura comunicativa y no-violenta, a pesar de ser agredidos una y otra vez con balas de goma.
Una joven israelí describe el desconcierto de esos militares: "Cuando los soldados israelíes querían llevarnos presos, no tenían la justificación, el imaginario del enemigo, el estigma de siempre, porque no éramos ni terroristas, ni comunistas, ni religiosos, ni violentos. En su desconcierto necesitaban definirnos como grupo y
desvalorizarnos, entonces nos tildaban como "Anarquistas".
Adoptamos este lema como identidad y desde entonces nos llamamos los "Anarquistas contra el Muro." Cuando subieron al escenario para recibir las medallas, los jóvenes
dijeron que “normalmente nadie escribe sobre la no-violencia, porque choca con la prensa sensacionalista, porque no hay muertos ni armas”. Después dieron las gracias por la medalla porque “necesitamos a la comunidad internacional para ser escuchados”,
para que esta resistencia no-violenta llegue a la opinión pública.
TEXTO RECOGIDO DE EL ULTIMO BOLETIN DE LA MARCHA MUNDIAL.

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